Charlamos conCharlamos con Arturo Lado, Director de Calidad y Seguridad Alimentaria de Berete

abril 9, 2021
Fotografías: Arturo Lado, Director de Calidad y Seguridad Alimentaria de Berete, imagen de uno de los productos que se analizan desde Laber: una bandeja de rejo de potón, un cefalópodo que se pesca en Perú y que nosotros elaboramos y comercializamos.

 

«Laber da seguridad y nos permite ser resolutivos gracias a

su profesionalidad y la velocidad de sus respuestas»

 

Nació en 2004 con el objetivo de convertirse en el mejor aliado para una alimentación de calidad, en la que el pescado es el protagonista. Comercializadora y elaboradora, esta empresa ubicada en Vigo trabaja solo con productos de mares fríos y limpios sobre los que realiza un exhaustivo control para garantizar que mantienen sus propiedades naturales. Esta defensa de la esencia de los productos del mar le ha llevado a especializarse en la comercialización de pescado congelado a bordo, elaborar sin aditivos e implantar un riguroso sistema de control del que forma parte la Corporación Laber.

La garantía Berete incluye un plan analítico que certifica la calidad del producto. Podría hablarse de una certificación propia que suman a la IFS Broker, ISO 9001 y MSC y en la que mucho tiene que ver Arturo Lado, Director de Calidad y Seguridad Alimentaria de Berete. Es nuestro invitado de hoy, con el que hablamos de la importancia del control en la alimentación y de la cadena de confianza entre Berete y Laber.

 

Berete cuenta con más de 17 años de experiencia en el sector, ¿Cómo ha sido la evolución desde la creación de la empresa en 2004?

La evolución ha sido paralela a lo que la sociedad, el mercado, la legislación y los estándares de calidad y seguridad alimentaria han exigido en cada momento. Esto significa un incremento del control en los estándares de los productos de la pesca y acuicultura congelados. Y, en definitiva, la evolución en este sector nos ha llevado a buscar alimentos cada vez más sanos y seguros.

En todo este proceso Berete ha incrementado la auto exigencia: más profesionalidad tanto propia y de los proveedores de productos y servicios. En estos márgenes exigimos más conocimiento y rigor para cumplir lo que la sociedad (el mercado) y legislación alimentaria exigen hoy en día. Todo esto es parte de una cadena que implica, entre otras cosas, poner los medios para un mayor y mejor control analítico del producto.

 

La relación que mantienen con Laber es imprescindible para la continuidad de Berete, ¿Cuáles son los puntos más destacables de la misma?

Conozco el trabajo de Laber desde 2003, antes de empezar en Berete y en el transcurso del tiempo he comprobado que esta relación laboral es muy necesaria y provechosa. Antes y ahora esta relación se basa en cuatro puntos fundamentales:

1º Su profesionalidad, acreditaciones y atención al cliente, nos da confianza.

2º Su rapidez de respuesta cuando se precisa, nos da seguridad y nos hace ser resolutivos.

3º Su cercanía hace la relación sólida.

4º Sus múltiples servicios que utilizamos, formación, consultoría centro analítico lo convierte en un proveedor muy completo que cubre una parte muy amplia de nuestras demandas.

 

Berete centra su actividad en el producto del mar, que necesitan pasar por un proceso de certificación para asegurar su comercialización en este contexto ¿cuáles son las capturas en las que se detectan más problemas?

Los productos mas problemáticos son aquellos con mucha manipulación, de orígenes conflictivos y con muchos ingredientes y/o aditivos. Por política de empresa Berete excluye estos alimentos de su línea de trabajo, afortunadamente para el departamento en el que yo trabajo.

En todo caso, cada producto tiene sus peculiaridades y sus peligros, en Berete somos de la opinión de que independientemente de como sea el producto un plan analítico debe ser solido basado en un análisis de riesgos riguroso que contemple peligros reales y se revise periódicamente en función de la actualidad del sector.

 

¿Cuál es el momento más delicado del proceso para garantizar la calidad del producto?

El momento más decisivo es en la fase de manipulación del producto, pues en ella se encuentran los mayores focos potenciales de adulteración, por contaminación de las instalaciones, la higiene de los manipuladores, la desinfección de los útiles de trabajo y las máquinas de la línea de producción, la higiene de las aguas de proceso, todo ello en un entorno donde el control de las temperaturas (de sala de proceso, de congelación, de almacenaje) y tiempos del proceso (mínimo tiempo desde que se pesca y/o manipula hasta que se congela), son decisivos pues hablamos de productos congelados.

 

En esta época de crisis sanitaria ¿Cómo ha influido en los controles sanitarios y el trabajo realizado desde la Corporación Laber?

Muy positivamente, por su adaptación a las circunstancias, lo que nos ha permitido que la crisis sanitaria no afecte en nuestro nivel de control y exigencia, por lo menos desde Berete nos hemos mantenido con el apoyo de Laber al máximo nivel de control y seguridad, lo cual nos ha reafirmado en nuestra confianza en Laber.

 

¿Cuáles son los objetivos de Berete para el presente 2021?

Son múltiples, en Berete no paramos de trabajar por y para nuestros clientes, desde varias vertientes, siempre en el camino de la mejora continua.

Nuestro objetivo es avanzar todo lo posible para garantizar la calidad y seguridad alimentaria de nuestros productos, buscar cada vez más la satisfacción de nuestros clientes  y esto lo hacemos de múltiples maneras, formándonos, aumentando el control analítico, buscando fiabilidad en nuestros proveedores  de productos y servicios, promoviendo dentro y fuera de la empresa la cultura de la Seguridad Alimentaria y utilizando las nuevas tecnologías para trabajar mejor y de manera más eficaz, y además ser fieles a nuestro lema que es, además, objetivo permanente, que es vender alimentos cada vez más sanos, alimentos que le damos de comer a nuestros hijos.